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martes, 19 de enero de 2010

De cómo un perroflauta puede tener un chalet en la sierra

Ante el aluvión de mensajes que me felicitan o critican por este artículo, debo aclarar, nuevamente, que ha sido extraído de Burbuja.info. Es decir, que no soy yo el creador del mismo. La referencia a burbuja.info ha estado desde el principio al final del relato. Gracias!

Si no lo veo no lo creo. “La historia de Excavadoura Durruti” o “De cómo un perroflauta puede tener un chalet en la sierra”.

Muy buenas. Hasta ahora apenas había escrito en el foro ninguna experiencia personal pero es que si no os cuento esto reviento.

El caso es que, hace unos días, me llamó un compañero de Asturias, al que hace tiempo había perdido la pista, para invitarme a pasar el fin de semana en su “chalet en la montaña”. No me hubiese sorprendido más si me aparece la dama de blanco en la M-30 avisándome de que hay retenciones en el nudo sur .

El motivo de mi sorpresa es que, la última vez que vi a este compañero, perroflauta entre los perroflautas, vivía en una mediana ciudad asturiana en una viejísima casa de “alquiler 0” y se ganaba la vida trabajando a temporadas en la construcción, que también ha arrasado por Asturias. Así que, cuando recibí su llamada, me lo tome a coña y le dije que sí, que me apetecía verle y que me preparase una barbacoa en su nuevo chalecito.

El fin de semana pasado me piro para Asturias y cuando, a medio camino le llamo para que me recuerde la dirección de su casa en la ciudad, me dice que ya no vive allí, que vive en un chalet en un pueblo en la montaña y me dice el nombre del pueblo. Le digo que se deje de coñas que estoy de camino y el me jura por Bakunin que lo que me dice es verdad. Temiéndome cualquier tipo de coña por parte de este elemento, me encamino al pueblo en cuestión cuyo nombre está bajo secreto de sumario.

Sólo puedo decir que tanto el pueblo, aldea casi deshabitada en realidad, como el entorno , es precioso . Está escondido entre montañas, riachuelos, pequeñas caídas de agua … , en el quinto coño. Para llegar me tocó preguntar una vez a William Wallace y otra a la abuela de la fabada.

Siguiendo las indicaciones de los lugareños y las de mi compi, me planto en la puerta de una finca idílica cercada con piedra y, en el interior , una casa a medio caer con más años que la charito junto a un pedazo de chalet enorme en obras. Y allí estaba también mi amiguete, disfrutando de lo más parecido al cielo que he visto en la tierra; tumbado en una hamaca tendida entre dos auténticos Ents, fumándose un chiri de impresión y con unas birras metidas en un cubo dentro de un arroyo que le pasaba justo al lado.

Después de los saludos ibéricos de rigor, que si cabrón por allí que si hijo puta por allá, le pregunto, de la forma educada y sutil que me caracteriza, sobre su nueva morada: “ ¿ y qué cojones haces tu aquí?. Pensé que me diría que prefería ocupar en el campo que en la ciudad y había obrado en consecuencia pero su respuesta me dejó helado y constituye la razón de ser de este post.

Todo se remonta a hace diez años. Mi amigo trabajaba en la construcción para ganarse la vida y, tras un riguroso estudio de mercado elaborado por la universidad de la vida, constató que se ganaba más y se vivía mejor conduciendo una excavadora para tirar tochos viejos que eslomándose rodeado de cocainómanos apilando tochos nuevos. Se puso manos a la obra y en menos que canta el pie de un punkie ya tenía en sus manos su licenciatura en conductor de máquinas tumbatochos.

Empezó trabajando para una pequeña empresa pero, poco tiempo después, y tras otro riguroso estudio de mercado, constató que si su jefe, con menos luces que Orcasitas era capaz de llevar un negocio con varios empleados, el bien podía intentar ponerse por su cuenta en el mismo sector contando además con contactos útiles como aparejadores, algún arquitecto… conocidos en Ejpañostán como los que firman.

Procedió entonces a conseguir una máquina en renting y se puso a trabajar por su cuenta, convirtiéndose así en una de las especies más curiosas de la fauna laboral de la península: el perroflautus autonomus. Un espécimen que vive de okupa al tiempo de paga su cuota de autónomo.

He aquí como mi amigo, a quién nos referiremos en adelante como Excavaduora Durruti, aprovechó la edad dorada de la construcción para currar en este duro sector como un Fraguel entre Curries: sin jefe, sentadito hasta almorranarse, con aire acondicionado, radio … Además, se hizo un nombre en el mundillo porque no daba presupuestos inflados, era serio en las fechas y esas cosillas que no abundan en Ejpañistán y por ello son bastante valoradas. De este modo no le ha faltado trabajo hasta hace nada..

Excavadoura extrajo de la burbuja inmobiliaria los nutrientes ( en forma de unos ahorros bastantes considerables guardados en Triodos, como servidor por cierto) y se ha librado, gracias a su cabeza y a su vida perroflaútica, de los gases (en forma de hipoteca, crédito al consumo, novia visillera…) que afectan hoy al españolito medio.

Pero todo ciclo tiene su fin. La construcción, y con ella el negocio de Excavadoura, la deconstrucción, se vinieron abajo. En los últimos meses apenas le salían trabajos y estaba a punto de entregar la máquina y disfrutar de los ahorritos viajando por ahí cuando una llamada a su móvil alteró sus perroflaúticos planes.

La llamada provenía de un tipo de un banco que, por recomendación de un conocido, solicitaba sus servicios para reducir a escombros un chalet situado en un pueblo perdido de la Asturias profunda.¿ Imagináis de que chalet se trata? . Habéis acertado..

Tras pedirle la información necesaria en cuanto a metros, naturaleza de la construcción , localización, etc … Excavaudora le hizo un presupuesto de algo más de 5000 leuros. A los pocos días el del banco le llamó diciendo que se le hacía carísimo el presupuesto, a lo que Excavadoura respondió que por menos dinero el no ganaba porque la obra estaba casi en la Tierra Media y eso había que pagarlo. El del banco siguió llorando un poco y, entre lágrima y lágrima se le fue escapando el por qué querían tirar el chalet.

Resulta que un tipo de ciudad se encaprichó de la finca e cuestión, la compró por una pasta al primo de William Wallace y empezó a hacerse un chalere. Afectado por los gases de burbuja que tan bien supo evitar Excavadoura, el urbanita se quedó sin presupuesto, con el chalere a medio hacer y finalmente arruinado. El banco no tardó en embargarle finca y el esqueleto de chalere.

Hasta aquí todo normal. Pero resulta que el clan Mc Cloud del pueblo, comenzó a protestar ante el hay-untamiento y más allá porque el estado de las obras del chalet era peligroso para los pequeños y además rompía la estética del lugar y no se cuántas normativas urbanísticas.

Total, que la administración empezó a reclamar al propietario del chalere que lo acabase de acuerdo a las normas urbanísticas o que lo tirase. El propietario del chalere, el banco, se encontró así con la obligación de cumplir esas instrucciones o afrontar las consecuencias legales.

Tras estas explicaciones, Excavadoura le dijo que entendía la situación pero que el por menos dinero no podía hacerlo y, en plan coña, le dijo que, si le daban la finca, el se encargaba de todo.

La conversación terminó en ese punto pero, cuál fue su sorpresa cuando, al día siguiente, el tio del banco vuelve a llamarle para ver si la oferta iba en serio. Excavadoura, que casi no se sabía de que oferta le hablaba, lo recordó de repente y le dijo que sí. El del banco le ofreció entonces cederle la finca y hace como quince días tiene las escrituras de la finca a su nombre.

Alucinado, le dije que si era real la historia que me había contado y me dijo que punto por punto. Le pregunté que qué iba a hacer y me dijo que tirar el chalere esta semana y rehabilitar la otra casa o hacer otra de bioconstrucción con compañeros que pilotan del tema.

Concluida la conversación no me quedó más que felicitarle por convertirse por toda la jeta en propietario de una finca preciosa en medio de un paraje excepcional y con unas posibildades ante el peak oil increíbles. Ah, y echarme un peta y una birra con mi nuevo ídolo.

Saludos

Visto en: Burbuja.info